Después de los pinitos veraniegos con la bici, me entra la neura de la orientación. Si, eso de correr por el campo con un mapa y una brújula buscando balizas. Muy facilito cuando lo haces en el parque de casa, pero si te vas a la Cuenca alta del Manzanares la cosa se complica.
Después de hacer un recorrido de cursillista en Polvoranca, me apunto a una prueba de la Federación. Te lo ponen muy bonito y la verdad es que ha estado muy bien organizado, pero con el día de perros que ha hecho todo se ha complicado. Al final he conseguido la 1ª baliza porque me ha dicho mi a migo Luis Javier dónde era y la 2ª ya me ha costado 9´, me he puesto a correr cuesta arriba y me la he pasado. Lo de la 3ª ha sido de traca, después de 20´y cuando volvía a la salida he visto que un orientador hacía un quiebro extraño y ahí estaba la 3ª. 4ª, 5ª, 6ª y 7 hemos coincidido un grupillo y nos hemos ido "apoyando", pero para la 8ª he decidido que yo sabía el camino más corto y he aparecido en la carretera de Torrelodones a Manzanares, casi en la finca donde celebraron los cuñados el bodorrio. Me voy a la gasolinera y el tio casi se parte en mi cara, empapado como iba y me dice que es mejor que vaya hasta Torrelodones. Ya la risita casi se convierte en pánico, pero ha empezado a escampar y he vuelto por mis pasos y al cruzarme con más corredores he llegado a la meta, de paso me he encontrado con las dos últimas balizas (y con bailando-con-burros), pero la antepenúltima baliza me la he saltado. Al final 2 horas y 5´para 4,4 kms.
Lo bueno es que el sistema de cronometraje me pone ABANDONO, pero si yo no he abandonado, ME HE PERDIDO
